Los Odres es un pequeño pueblo en el municipio de Moratalla. El paisaje es parte del pueblo, así como los fríos inviernos nevados. Al recibir el encargo de realizar un hotel para promocionar el turismo rural en la zona, consideré que el lugar es parte original de cualquier propuesta arquitectónica en el entorno.
Observando la fragmentación del pueblo, no podía partir de un edificio compacto, fuera de escala, que además tuviera muchas alturas. Huyendo de esta configuración, se plantea un edificio fragmentado, que responda con la misma distribución que el resto de edificios del pueblo. Las piezas, así dispuestas, conforman un hotel con distintos usos, en piezas de una sola planta. Esto posibilita, además de adaptarse a la topografía y las mejores vistas, tratar las piezas con una estética diferente. Soluciones sin duda, históricamente utilizadas en el pueblo en su propio desarrollo.