FALSOS MITOS DE LA ACCESIBILIDAD

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La accesibilidad es la cualidad que permite la libertad de la persona

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MITOS DE LA ACCESIBILIDAD

Según la Real Academia de la Lengua, un mito es una persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen. La accesibilidad es una de esas cosas que han sufrido la atribución de esas cualidades que son absolutamente falsas. Veamos algunas.

La accesibilidad sólo sirve para las personas con discapacidad y por eso yo no la necesito

¡ERROR! Y es probable que provenga de la propia historia de la arquitectura y el urbanismo, ya que desde siempre se han utilizado soluciones y criterios que no han tenido en cuenta a todas las personas en su diversidad, sino la simplificación que se supone cuando se considera que las personas andan, ven, oyen o interactuan "con normalidad". En cuanto se sale de esa "normalidad" entonces se aplican soluciones especiales, sólo para esas personas y eso es, en sí mismo, un gran error conceptual.

lo dificil es andar en una ciudad discapacitadaLos entornos deben diseñarse para las necesidades de las personas y no al contrario. Sin embargo, lo que se hace actualmente es algo muy distinto y obedece a un criterio también simplificado. Por ejemplo, la práctica actual sería como si tuviéramos una fábrica de zapatos y a la hora de planificar la producción de esos zapatos consideráramos la media de talla de la sociedad, por ejemplo un 38. La fábrica sólo haría zapatos de la talla 38 y por tanto, para las personas que no tuvieran esa medida, esos zapatos no podrían ser utilizados, por exceso o por defecto.

Y es que ya lo decía la famosa viñeta que ha recorrido las redes sociales, "lo difícil es andar por una ciudad discapacitada".

    

Construir espacios accesibles es más caro

 ¡ERROR! Y aquí la razón es, en la mayoriá de ocasiones, porque las construcciones se hacen dos veces (o más). La primera cuando se acaba de proyectar y se construye, totalmente nueva. La segunda cuando, al no ser accesible, hay que volver a hacerla, con el consecuente gasto. Claro, así no salen las cuentas y sale más caro, como cuando hay que añadir salvaescaleras, romper lo hecho y rehacerlo bien, volver a invertir recursos repetidamente,...

Existen estudios que demuestran que invertir en accesibilidad es económicamente rentable, ya que:

 

hucha

  • Ahorran recursos y tiempo si la accesibilidad se considera desde el origen del proyecto (y no metiéndola con calzador una vez que ya está todo pensado y hecho).
  • Se minimizan las acciones legales al minimizar también el riesgo de accidentes. No hay que olvidar que lo que es accesible, es seguro.
  • La inversión revierte a la sociedad, ya que la accesibilidad sirve para todas las personas que la integran. Además, todos en algún momento de nuestra vida, hemos tenido, tenemos o tendremos una discapacidad, permanente o no, que nos impedirá disfrutar con dignidad los espacios, entornos y servicios si las cosas siguen como hasta ahora. 

 

Cumplir con la ley de accesibilidad existente es garantía de conseguir espacios accesibles a todos

¡ERROR! Yo haría la siguiente pregunta para poner en duda este falso mito:

Si la ley de accesibilidad existente fuera suficiente ¿por qué nuestros entornos, ciudades, servicios, viviendas, edificios públicos y privados son tan inaccesibles?

ley accesibilidadAdemás, la ley de accesibilidad que existe actualmente en España está, en general y salvo honrosas y contadas excepciones, mal planteada, ya que:

  • Si consideramos que las personas con discapacidad tienen los mismos problemas independientemente de la comunidad autónoma donde vivan ¿por qué entonces existen leyes sobre accesibilidad con diferentes criterios dependiendo de la comunidad donde vivas?
  • Si existe una ley de accesibilidad aceptable, los técnicos la aplican de forma errónea, principalmente por un desconocimiento general sobre la discapacidad. Para proyectar y aplicar la accesibilidad correctamente hay que conocer la discapacidad con una noción mejor que la que dan los coceptos leídos en un libro de texto.

  

Mi edificio es accesible ¡¡tiene una rampa!!

rampas accesibles¡¡ERROR!! Lo primero de todo: cualquier plano inclinado no es una rampa accesible. Existe una norma mínima para considerar que una rampa es accesible, que ya os conté en otro artículo. Normalmente fallan casi todas, bien por exceso de pendiente, por falta de pasamanos, por un pavimento inadecuado... Es una catástrofe.

Otra cosa a añadir es que el hecho de poner una rampa en un edificio no es el bálsamo de Fierabrás, ya que existen muchas más exigencias demandadas por las personas con capacidades diferentes, que no tienen por qué tener una movilidad reducida y sí exigen otras cosas.

La discapacidad no son sólo sillas de ruedas. La accesibilidad universal es útil para todas las personas, no sólo las que usan sillas de ruedas.

Por eso también, podemos añadir que los entornos o son accesibles o no lo son. No hay un entorno accesible al 50%, por ejemplo. Por tanto, disponer sólo una rampa será un paño caliente que no curará al edificio enfermo.

 

 La accesibilidad es, en definitiva, la cualidad que permite la libertad de la persona. Todo lo que coarte a las personas, derivado de una falta de accesibilidad es una merma en los derechos fundamentales de las personas. En este ámbito, se vulneran miles de veces todos los días y, desgraciadamente, no se le concede la importancia que merece.

¿Cuánto vale la libertad de una persona? ¿Eso tiene precio?

  

Antonio Corbalán Pinar

Antonio Corbalán Pinar es arquitecto. Con la iniciativa Accesibilidad Global emprende una actividad profesional como Consultoría en Accesibilidad y una actividad divulgativa sobre la necesidad de la accesibilidad y cuestiones de discapacidad que completa sus actividades en el campo de la arquitectura. Más información en Bio.

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